El control de
insectos plaga y de vectores de enfermedades en la agricultura se ha realizado
principalmente con la aplicación de insecticidas químicos. Estos insecticidas
han generado problemas de contaminación ambiental, de toxicidad a insectos no
blancos y, de manera más importante, a los agricultores que los aplican. Se
estima que cada 40 segundos muere un humano por problemas generados por
contaminación con plaguicidas. Por otra parte, los insecticidas químicos han
perdido su eficacia en el control de insectos, ya que su aplicación ha generado
la aparición de poblaciones de insectos resistentes. La pregunta es: ¿existe un
insecticida ideal, que sea tóxico sólo para su insecto blanco, que no sea
recalcitrante, que no contamine el ambiente y que no genere la aparición de
insectos resistentes?
Bacillus
thuringiensis (Bt) es una bacteria aeróbica, esporulante, gram positiva que se
ha utilizado interrumpidamente durante mas de 40 años como bioinsecticida. Su
característica distintiva es la producción de cristales proteicos de diversas
formas (rómbicos, esféricos entre otros); en ellos reside la actividad
insecticida que actúa como veneno estomacal en gran variedad de insectos que
son considerados como plagas de interés agrícola. Esta bacteria se clasifica
dentro del grupo l del genero Bacillus (perteneciente a la familia
Bacillaceae), donde se distingue por su cuerpo paraesporal y sus antígenos
flagelares. Los cristales generados por esta bacteria contienen una endotoxina
capaz de paralizar el intestino de la mayoría de las larvas de lepidópteros y
es conocida como delta endotoxina.
Actualmente las
cepas de Bacillus thuringiensis se agrupan según la clase u orden de organismo
contra el cual su toxina es activa. De esta manera, se reportan cuatro
patotipos: lepidóptera, díptera, coleóptera y nematoda. Los parasitoides o
predadores en general no son afectados por la acción patogénica de esta
bacteria, tampoco se han detectado efectos tóxicos en vertebrados, siendo
segura su manipulación y utilización aun hasta la fecha de la cosecha, lo que
hace apropiada su aplicación en frutales, cereales y hortalizas.
El modo de acción
de esta bacteria con efecto insecticida requiere ser ingerida para llevar acabo
su efecto patotóxico. La bacteria sin el cristal no tiene la capacidad de
invadir a su hospedero. Al ingerirse el complejo espora-cristal, los cristales
se disuelven en el intestino medio debido a su contenido altamente alcalino.
Una vez disuelto, las proteínas del cristal sufren proteólisis debido a las
proteasas digestivas del insecto. Los primeros síntomas observables son
alteraciones en la pigmentación de la zona intestinal y, posteriormente, la
putrefacción de todos los tejidos.
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Bacillus thuringiensis |
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